Avistamiento OVNI

Publicado el 9 de septiembre de 2023, 11:11

Mi nombre es Juanjo, vivo en la localidad de Piera en las afueras de la provincia de Barcelona, con mi mujer Bea. 

Me declaro desde siempre entusiasta del género literario de ciencia ficción, y también del fenómeno ovni. Soy de esas personas que cuando salen a la calle siempre están mirando al cielo por si ven algo, aunque nunca vea nada.

Sin embargo,la noche del veintitrés de mayo del año dos mil trece iba a ser diferente. A continuación les voy a relatar la crónica de lo sucedido.

Eran las 22 horas cuando Bea y yo salimos del trabajo, en nuestra rutina habitual nos subimos a la moto y tranquilamente disfrutando de la brisa de la noche pusimos rumbo hacia La Anoia. Yo de conductor y Bea de copiloto.

Pasados treinta minutos circulando por la autovía tomamos el desvío con salida Martorell, dejamos atrás este pueblo rodeando su periferia para girar a la derecha y enlazar con la carretera comarcal dirección Capellades. Y es aquí justamente a la salida de la curva dónde vemos dos esferas luminosas suspendidas sobre la sierra del Ordal. Miré a Bea y se las señalé, Bea asintió con la cabeza.

Seguí conduciendo y de repente las esferas empezaron a moverse, al principio sus movimientos eran constantes y lineales pero luego comenzaron a hacer cambios de velocidad, quiebres de dirección y frenadas repentinas. Ni las esferas ni sus movimientos emitían sonido alguno.

Una de las esferas, la más lejana, salió catapultada hacia arriba para no volver, y la otra en un suspiro se situó sobre nosotros, y ahí fue cuando lo vi. El ovni era una nave.

Aunque solo podía subir la cabeza a rachas sin dejar de conducir, ya podía empezar a apreciar algunos detalles. Lo primero que destaqué es que su superficie era circular, con luces en sus contornos que cambiaban intermitentemente de color. Lo siguiente que pude ver es que sobresalía una plataforma situada en el centro. Y por último lo que más destaco en su conjunto es que no me pareció de alta tecnología o alienígena, todo lo contrario, sus formas me resultaban familiares o de construcción humana.

Ante el posible interés que la nave había puesto en nosotros decidí no detenerme por temor a correr peligro. A los pocos segundos subí la cabeza otra vez, y vi como la nave salía expulsada hacia el espacio. La busqué con la mirada por todas parte, pero no la volví a ver, se había ido.

Al llegar a casa comenté con Bea lo sucedido y me dijo que no se había dado cuenta de que la nave estuvo durante unos pocos segundos sobre nosotros, ya que en ese momento había agachado la cabeza para protegerse del viento, que era más fuerte en la parte trasera de la moto.

Sola puedo concluir esta crónica planteándome  interrogantes.

¿Qué eran estas naves?

¿Seres ultraterrestres?

¿De otra dimensión?

¿Tal vez , viajeros del tiempo?

¿Solo Bea y yo los podíamos ver?

 

Este iba a ser mi primer contacto ovni,  y el comienzo de mi investigación. Volvería a tener contacto pero esa va a ser una historia para otra ocasión.

 

Esta historia pertenece a un ufólogo, y este relato fue el disparador que le hizo comenzar su investigación. Y evidentemente su nombre no es Juanjo, ni su mujer se llama Bea.

 

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